En la era de las redes sociales, donde todo parece girar en torno a la viralidad y la estética, los concursos de «lookalikes» (o dobles de celebridades) han tomado un lugar principal. Desde las imitaciones de Timothée Chalamet hasta las recreaciones del look de Jeremy Allen White en The Bear, el boom por encontrar a personas comunes que se parecen a las estrellas de Hollywood está más vivo que nunca.
Estos concursos «lookalikes» son competencias organizadas en redes sociales o en eventos presenciales donde se busca encontrar a personas que tengan un parecido notable con alguna celebridad. Muchas veces, su medio de difusión son simples carteles que las personas pegan en las calles. Un ejemplo reciente fue el concurso viral para encontrar al «Timothée Chalamet definitivo». A raíz de esto, más de 10 mil jóvenes se reunieron en Nueva York, recreando los gestos y poses del actor. Lo mismo pasó semanas después con Harry Styles, Paul Mescal y otros. Pero, ¿qué ha llevado a que todos esos hombres se animen a participar en estos eventos? ¿A qué se debe realmente este boom?
El auge de estos concursos responde a varios factores culturales y sociales. En primer lugar, es importante destacar un patrón común entre las figuras seleccionadas para imitar: suelen ser hombres jóvenes, millienials, actores o cantantes, categorizados por la mayoría como «atractivos». Pero, si hay algo en lo que realmente coinciden, es que todos encarnan una nueva masculinidad que se aleja de la norma. Un perfil que rompe con los estereotipos clásicos de Hollywood, alejándose de la figura inalcanzable del «hombre alfa» tradicional. En su lugar, proyectan una imagen más cercana, sensible y accesible, lo que los convierte en figuras especialmente carismáticas para las nuevas generaciones.
Algunos sugieren que la popularidad de estos eventos podría estar ligada a un cambio en las dinámicas de poder, donde las mujeres tienen ahora la oportunidad de objetivizar a los hombres, invirtiendo roles históricos. Otros, en cambio, creen que su éxito radica en algo más simple: el entretenimiento. Participar o seguir este tipo de concursos les divierte, fomenta el sentido de comunidad y, para los ganadores, representa una oportunidad de exposición y reconocimiento.
Sea cual sea la razón detrás de este fenómeno, su impacto es innegable. Estos concursos podrían marcar el inicio de un movimiento cultural más amplio. Con el auge de las redes sociales, es posible que estemos presenciando el nacimiento de un fenómeno duradero en la cultura pop.











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