El próximo 8 de febrero, en San Francisco, Bad Bunny subirá al escenario más visto del mundo: el halftime show del Super Bowl. El anuncio, que sorprendió tras una ola de rumores, ha generado tanto expectación como polémica. No es la primera vez que el puertorriqueño pisa este escenario: en 2020 apareció como invitado en el show de Shakira y Jennifer López, pero ahora será el encargado absoluto del espectáculo. En un comunicado recogido por Variety, Benito lo definió como un logro “por quienes me precedieron y corrieron incontables yardas para que yo pudiera entrar y anotar un touchdown…”.
El trasfondo de esta elección está lejos de ser simple. Bad Bunny se ha caracterizado por usar su voz para hablar de los problemas sociales que afectan a Puerto Rico. En una reciente entrevista con la revista i-D, explicó que no incluyó la parte continental de Estados Unidos en su última gira porque temía que sus fans fueran blanco del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). De hecho, horas antes del anuncio oficial del Super Bowl, escribió en redes sociales: “Tras hablarlo con mi equipo, creo que solo haré una fecha en Estados Unidos”. Esta decisión alimentó el debate: ¿cómo es que rechaza girar por el país, pero acepta su escenario más icónico?
La contradicción ha dado paso a especulaciones (y muchas críticas). Varios creen que su show tendrá una fuerte carga política y que será una plataforma para enviar mensajes contra la administración actual. Si hay algo seguro es que polémica habrá. La NFL parece haber apostado precisamente por ese factor disruptivo que solo alguien como Bad Bunny puede ofrecer: un artista capaz de poner sobre la mesa temas incómodos en el escenario más mainstream de todos.
Más allá de la controversia, la presentación de Benito marcará un momento histórico para la música latina. Se espera que el show sea mayoritariamente en español, algo inédito en el halftime: Shakira incluyó apenas un par de minutos en su idioma durante su presentación en 2020. Que un artista latino cante en español de principio a fin en un evento de esta magnitud marcaría un precedente cultural y confirma la consolidación global del reguetón y la música urbana. ¡Congrats!










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