En una publicación que reveló la fecha de lanzamiento y la portada de su álbum debut, Addison Rae, estrella de TikTok convertida en aspirante a princesa del pop, mira por encima del hombro, envuelta en un delicado velo adornado con luces doradas y destellos. Sobre la imagen, su nombre aparece en una fuente azul gruesa que recuerda a los diseños icónicos de la década de 2000. “Addison” llegará el 6 de junio, y ya ha generado una avalancha de opiniones.

La portada, un claro homenaje a las estrellas pop de principios del siglo XXI, ha dividido por completo a las redes sociales. Algunos celebran la estética nostálgica y la posibilidad de tener una nueva figura que canalice la energía de esa era dorada de la música pop. Otros, en cambio, la tildan de una imitación artificial, un intento forzado de replicar una fórmula de éxito sin la autenticidad que definió a íconos como Britney Spears o Madonna.

Este fenómeno no es exclusivo de Addison Rae. En los últimos años, hemos visto una ola de artistas emergentes recurriendo al pasado para encontrar inspiración. Canciones como “Sports Car” de Tate McRae, que evoca el espíritu de “Buttons” de The Pussycat Dolls, o el tributo a Freddie Mercury realizado por Benson Boone en Coachella, reflejan una tendencia que convierte la nostalgia en herramienta creativa. Pero, ¿dónde está la línea entre el homenaje y la imitación?

Aquí surge la pregunta clave: ¿es «Addison» un proyecto que refleja una verdadera pasión por el pop de los 2000, o simplemente una apuesta por una fórmula probada? La respuesta no está clara. Por un lado, es innegable que la década de los 2000 sigue siendo una fuente inagotable de inspiración para la cultura popular. Por otro, el riesgo de caer en la superficialidad está siempre presente cuando se mira hacia atrás sin una propuesta auténtica.

A pesar de las críticas, quizás valga la pena darle una oportunidad al álbum debut de Addison Rae. Al fin y al cabo, su elección de inspiración es indudablemente icónica. Madonna, Britney Spears y Cyndi Lauper no solo definieron una era, sino que establecieron los estándares de lo que significa ser una estrella pop. La cultura, como Addison parece sugerir, es una suerte de collage: todos somos el resultado de aquello que admiramos y elegimos incorporar a nuestra identidad. Tal vez, lo que está en juego aquí no es si Addison Rae es «auténtica» en su homenaje al pasado, sino si logra convencer al público de que su lugar en la escena pop no es solo prestado, sino ganado. El 6 de junio lo sabremos.