El Día de la Inauguración no solo marca el inicio de un nuevo capítulo político en los Estados Unidos, sino también un momento crucial en el mundo de la moda. Históricamente, las primeras damas han aprovechado esta ocasión para transmitir mensajes a través de sus elecciones de vestuario, ofreciendo una primera impresión cargada de simbolismo, sofisticación y visión de futuro. Incluso, sus decisiones de estilo han llegado a ser tan significativas que el Museo Nacional de Historia Estadounidense del Smithsonian recopila cada conjunto inaugural para su colección de Primeras Damas. ¿Cuáles han sido los looks más destacados?
Sin duda, Jacqueline Kennedy hizo historia en 1961 con su abrigo de lana diseñado por Oleg Cassini, acompañado de un sombrero pillbox a juego. Este look representó una nueva era de modernidad y elegancia en la Casa Blanca, en un momento en que Estados Unidos se encontraba en plena transformación social. Con su estilo minimalista pero impactante, Jackie se consolidó como una fuerza en el mundo de la moda y encarnó la visión de John F. Kennedy de una nueva era transformadora para la presidencia.
En 1981, Nancy Reagan optó por un conjunto rojo vibrante de James Galanos que reflejaba su personalidad extravagante y su deseo de proyectar fuerza y confianza en tiempos de incertidumbre económica. Este color luego se convirtió en un emblema del mandato de su esposo, el rojo Reagan, simbolizando optimismo en un país que enfrentaba desafíos.
Décadas después, Michelle Obama hizo historia en 2009 al elegir un vestido y abrigo de Isabel Toledo en un tono amarillo dorado. Lo que más llamó la atención fueron sus guantes verdes de J. Crew, que muchos interpretaron como un símbolo temprano de su enfoque de la política cercano al pueblo. Este look no solo irradiaba optimismo y esperanza, sino que también reafirmaba su compromiso con los diseñadores estadounidenses. Esta elección de estilo marcó el inicio de una nueva era donde la moda se convirtió en una extensión del mensaje de cambio y renovación que acompañó a la administración de Barack Obama.
En 2017, Melania Trump optó por un diseño de Ralph Lauren en un delicado azul claro, evocando una estética clásica que muchos asociaron con Jacqueline Kennedy. En un contexto político marcado por la polarización, su look buscó proyectar serenidad y unidad, además de reflejar una elegancia atemporal. Más allá de su valor estético, los conjuntos de las primeras damas en el Día de la Inauguración suelen ser declaraciones cargadas de significado. Ya sea para resaltar valores de la administración, apoyar la industria de la moda estadounidense o transmitir un mensaje silencioso, estas elecciones reflejan el poder de la moda como herramienta diplomática.











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