La reciente aparición de Sunday Rose, la hija de Nicole Kidman y Keith Urban, en el desfile de Miu Miu ha vuelto a encender el debate sobre el nepotismo en la industria del modelaje. A sus 16 años, Sunday debutó en una de las pasarelas más importantes de mundo de la moda, desatando críticas que varían entre quienes cuestionan su participación debido a sus poderosos apellidos y quienes defienden su derecho a buscar oportunidades en un campo tan competitivo. Esto plantea una pregunta que resurge con cada nueva «nepo baby» que irrumpe en la pasarela: ¿es el modelaje cuestión de talento o simplemente un privilegio heredado?
Sunday Rose.
Este fenómeno no es nuevo. Desde hace años, la moda ha sido escenario de rostros que, más allá de su físico o aptitudes, llevan consigo un apellido de peso. Kendall Jenner, Kaia Gerber, Lila Moss, Lily-Rose Depp, y ahora Sunday Rose, son solo algunos ejemplos de cómo las hijas de celebridades parecen tener una vía rápida al éxito. Estas figuras, conocidas como «nepo babies«, suelen ocupar lugares protagónicos en las principales casas de moda y pasarelas. Pero, ¿acaso su presencia minimiza el valor del talento que otras modelos, sin una familia influyente, deben demostrar para ganarse un lugar?
Lilly-Rose Depp.
El caso de Sunday Rose es especialmente simbólico. Con dos padres tan reconocidos, su camino hacia la fama estaba casi garantizado. Sin embargo, esto no significa que ella no posea cualidades como modelo. Lo que se cuestiona no es tanto su capacidad, sino si el apellido Kidman-Urban la colocó en una posición de privilegio, eliminando de la ecuación el esfuerzo que otras chicas con sueños similares deben hacer para llegar ahí. Las pasarelas están saturadas de modelos con un linaje importante, y esto da la impresión de que la meritocracia, en ciertos rincones del modelaje, ha sido desplazada por el nepotismo.
Bella Hadid & Kendall Jenner.
En defensa de las «nepo babies«, no todas carecen de talento o de una ética de trabajo sólida. Kaia Gerber, hija de Cindy Crawford, o las hermanas Hadid son el perfecto ejemplo de que a veces la presencia escénica va más allá del apellido. Aun así, el problema radica en el acceso desigual a las oportunidades. Mientras miles de aspirantes luchan por ser vistas y reconocidas, las hijas de celebridades parecen entrar por la puerta grande sin necesidad de pasar por los mismos obstáculos.
Kaia Gerber.
Por supuesto, no podemos culpar a las “nepo babies” por aprovechar las oportunidades que se les presentan. En un sistema que premia la fama y los apellidos, es lógico que aquellos que tienen acceso a este privilegio lo utilicen. Yo también lo haría. El problema no son ellas, sino un sistema que parece estar inclinado hacia el privilegio. El verdadero desafío que enfrenta la industria está en equilibrar el campo de juego para que el talento tenga una oportunidad justa. El debut de Sunday Rose es un recordatorio de que, por muy inclusiva y diversa que la moda pretenda ser, las estructuras de poder y privilegio siguen dominando el panorama. ¿Está la industria preparada para un cambio que valore más el esfuerzo y la capacidad que el ADN? Eso es algo que solo el tiempo podrá responder.







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