It Ends With Us, película basada en la novela bestseller de Colleen Hoover, cuenta la historia de Lily Bloom, una mujer que, tras crecer en un hogar violento, se encuentra atrapada en una relación abusiva con su esposo Ryle Kincaid. La novela aborda de manera cruda y realista los ciclos de abuso y la complejidad de romper patrones familiares. Pero lo que podría haber sido una celebración de una historia poderosa y desgarradora ha estado marcada por la controversia. La adaptación ha enfrentado un escrutinio intenso desde el inicio de su producción, y gran parte de la atención se ha centrado en Blake Lively. La actriz, conocida por su carisma y éxito en papeles anteriores, ha sido objeto de críticas por su manejo del marketing de la película. Lively ha utilizado sus redes sociales para promocionar la cinta, pero desde un enfoque superficial, centrándose más en la estética que en los duros temas que aborda la historia.
Esta no es una típica película de romance, no debería serlo tampoco. Y menos ser promocionada como tal. La invitación de Lively fue: «Reúne a tus amigas, ponte tus flores y ven a ver la película». Mientras estaba sentada en la butaca del cine no pude evitar soltar una pequeña risa al recordar esa frase. ¿Cómo puede ser que la protagonista de una historia así entregue un mensaje tan ligero y desconectado? Llega a bordear lo irresponsable. Muchas personas que no han leído el libro pueden ir a ver la película pensando que es una romcom más, pero luego se encuentran con un filme mucho más complejo que puede ser un desencadenante emocional para aquellos que han pasado por situaciones similares. De hecho, mi única crítica sobre la cinta es que debería tener un aviso de “trigger warning” al inicio.
Toda esta polémica nos hace cuestionarnos la responsabilidad que tienen los actores y productores al tratar con narrativas tan delicadas. En este caso, la promoción ha trivializado una historia que para muchos ha sido una fuente de consuelo y entendimiento sobre las dinámicas de abuso. Es una lástima, ya que la película y su contenido se han convertido en algo secundario. La cinta en sí aborda bien los temas y entrega un mensaje importante sobre la valentía, el empoderamiento y el crecimiento personal. Sin embargo, su campaña ha opacado la seriedad y el peso emocional de la trama.









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