Muchos dicen que esta serie celebra la libertad de tener un estilo propio y atreverse jugar con la ropa. Otros, simplemente piensan que el vestuario se alimenta de combinaciones forzadas que no tienen coherencia. Las opiniones son varias, pero lo que sabemos con certeza es que la cuarta temporada de Emily in Paris continúa dando de qué hablar. Con su propuesta de moda, la serie ha mantenido su sello característico: looks atrevidos, llenos de color y una mezcla ecléctica de estilos. Desde el principio, la moda ha sido un personaje más en la narrativa, y esta temporada no es la excepción.
Emily Cooper, interpretada por Lily Collins, sigue siendo el centro de atención con su estilo audaz, que algunos aman y otros odian. En esta temporada, su look refleja una evolución en su confianza y adaptación a la vida parisina. El “french girl style” es la clave que buscó Marylin Fitoussi, la diseñadora de vestuario. Ahora vemos una Emily más madura, pero que sigue fiel a su estilo. Los conjuntos incluyen desde piezas de alta costura hasta prendas vintage, con un uso destacado de estampados atrevidos y combinaciones de colores llamativos. Uno de los looks que se robó la atención fue el catsuit a rayas blancas y negras que usó para el baile de máscaras en el tercer episodio.
Como era de esperar, el estilo parisino sigue siendo una gran influencia en la serie, con siluetas clásicas y elegantes que se fusionan con lo moderno. En esta temporada, destacan los trajes sastre bien cortados, las faldas midi y los abrigos largos, pero siempre con un giro inesperado, con colores vibrantes o accesorios llamativos. Por supuesto, también abundan las marcas francesas como Miu Miu, Balmain y Jacquemus. Sin duda, la cuarta entrega nos deja ansiosos por ver cómo evolucionará el estilo de Emily en los próximos capítulos que se estrenan el 12 de septiembre en Netflix.










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